AMOR FERVIENTE 1 PEDRO 4:8
Este
versículo está después de uno que dice: “Mas el fin de todas las cosas se
acerca: sed pues templados, y velad en oración”. 1 Pedro 5:7 versión Reina
Valera Antigua.
Mucho
se habla en estos días acerca de la venida del Señor Jesús y del juicio final,
todos los que amamos al Señor la anhelamos, como la noche anhela la mañana. Sin
embargo, qué poco amor ferviente se encuentra y no es casualidad que el Señor
haya puesto este versículo después del otro, para el Señor no existen las
casualidades.
Esta palabra ferviente literalmente es intenso y constante, no es cualquier amor, es
un amor penetrante, vivo, real y no es de a pocos ni de vez en cuando, es
inquebrantable, firme. Un amor que pasa por alto las ofensas, sean las que sean.
El griego utilizó esta palabra para describir los músculos tensos y estirados
de un corredor que gana su carrera. Un amor que cede, que es flexible, que no
es rígido. Que se tensa por las situaciones de la vida, pero que vuelve a ser
flexible en esta carrera de la vida hacia la eternidad.
Nuestro
Reino no es de este mundo, así que las diferencias políticas, económicas y de
índole religioso o doctrinal sobran en esta carrera. Debemos tener sumo cuidado
con nuestras preferencias, selecciones, discriminaciones, nuestros gustos
personales por este y no por el otro, pues a este tipo de personas en la
iglesia de Corintio, Dios les llamó cristianos carnales.
No
significa que no seamos conscientes de los defectos de los demás, pero el amor
de Cristo trasciende a todo esto, si es que Su amor habita en nuestros
corazones, nuestra relación con los demás está basada en la cruz y si todavía
estas cosas nos afectan es porque necesitamos que el Señor penetre mucho más Su
madero en nosotros.
Hay
cosas que nos disgustan de otros y que no estamos de acuerdo, pero si esta
persona es un hijo de Dios, Cristo está allí. Podríamos simplemente rechazarlos
y ya, pero el amor de Cristo debe trascender a todas nuestras diferencias. Como
dijo Frank Viola, “si el asesinato fuera legal, innumerables cristianos serían
culpables de matar a sus hermanos y hermanas por supuestas ofensas doctrinales
y personales”. En nuestras relaciones con los demás vemos cuánto de Cristo
tenemos.
El amor de Cristo es un elemento que construye y Él está construyendo Su casa de piedras vivas. Que el Señor nos ayude a trascender a todo esto, puesto que sin ese amor ferviente no llegaremos a ningún lado con el Señor. Que Dios tenga misericordia de nosotros.
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