LA NECESIDAD ABSOLUTA JUAN 17 :3

Existe una necesidad absoluta en el ser humano y es conocer a Dios en Cristo. Cada búsqueda del corazón se encuentra en Él. Solo que la mayoría no lo sabe. El conocimiento de Él responde a nuestras necesidades más profundas y más grandes. Dios desea revelarse a nuestras vidas a través de Cristo y nuestra adoración a Él nacerá de esta aprehensión que hemos hecho de Él. Por eso los tratos de Dios con nosotros. Los ojos espirituales deben ser tocados para poder ver.

Usted puede leer la biblia todos los días religiosamente, puede saberse las doctrinas bíblicas de memoria y recitarlas una y otra vez; sin embargo, no estar viendo, porque para ver se necesita el toque del Maestro. Esa es la vida eterna, que conozcamos a Dios en Cristo, no de manera doctrinal, teológica o religiosa, sino de manera experimental.

Y solo dejando nuestra propia vida podemos tener ese conocimiento. No podemos tener dos vidas, o es Cristo o somos nosotros, alguno de los dos debe disminuir, si es Su vida la que debe crecer,  la nuestra debe disminuir.

Todos los antojos del corazón pueden ser satisfechos cuando tenemos este conocimiento, descubrir a Cristo y navegar en la profundidad de Su ser lo llena todo. Hasta que eso no pase, el ser humano siempre buscará la manera de saciar los apetitos del alma y siempre quedará con hambre y nada lo llenará y querrá más, un carro más grande, una casa más grande, una religión nueva, una filosofía más, más viajes, más mujeres, más sexo, más comida, más ropa, más y más y más y nunca será saciado, y en el ámbito cristiano, más dones, más ministerios, más personas ligadas a sus congregaciones, lugares más grandes, mejores músicos, más y más y más y nunca serán saciados.

Si lo tenemos a Él lo tenemos todo, Él es nuestra protección, Él es nuestro pastor, nuestro pan, nuestra agua, nuestra luz, nuestra vida, es una unión permanente con Él, se trata de conocerlo.

Cuando lo hemos conocido y sabemos que nuestra vida es Cristo, todo fluirá de manera natural sin nuestro esfuerzo porque sabemos que Él es el que obra, sin este conocimiento interno del Señor viviremos en ansiedad, en preocupación constante y en continua derrota.

La respuesta a cada una de nuestras necesidades es conocerlo a Él y sabremos que si lo tenemos a Él, lo tendremos todo. Cada llanto de nuestro corazón tiene una respuesta: Yo soy. 

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