EL RUGIDO DEL LEÓN


El león es mi fascinación, me impresiona su rugir de poderío y autoridad. Despedaza a su presa cuando cae ante su poderosa mandíbula.

Daniel fue puesto en el foso de los leones, su circunstancia cambió de un momento a otro; el rey Darío no comió nada, se angustió y madrugó a esa fosa y lo llamó; Daniel respondió, fue librado de los leones PORQUE CREYÓ EN SU DIOS (Daniel 6: 23).

Este versículo llegó muy profundo a mi ser, esta mañana pensaba en el rugir de los leones a nuestro alrededor que amenazan nuestras vidas, son tantas las circunstancias que nos rodean, son tantas las aflicciones y angustias de nuestro corazón, que parecemos estar en el foso de los leones junto con Daniel. Sin embargo, Daniel durmió tranquilo esa noche porque confió en Aquel que podía liberarlo, conocía a su Dios, mientras que el rey no durmió. Cuando conocemos a nuestro Dios podemos dormir tranquilos en medio de leones.

En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, SEÑOR, me harás estar confiado. Salmo 4: 8

No tendrás temor de espanto nocturno, ni de saeta que vuele de día; ni de pestilencia que ande en oscuridad, ni de mortandad que destruya al mediodía. Salmo 91: 5 - 6

Confiar en el Señor no significa que nunca seremos puestos en fosas de leones, significa que aun estando allí, no temeremos porque el Señor estará con nosotros.

Cuántas calumnias, críticas, juicios y malinterpretaciones se encienden contra nosotros, cuántos peligros hay en la calle, el mal nos rodea por doquier, el enemigo nos acecha como león rugiente queriendo devorarnos de un solo tarascazo, el sistema del mundo nos tiende trampas día tras día y tantas cosas más.

Pero, esta es nuestra esperanza y nuestra confianza, que Dios es el Dios Viviente y permanente por todos los siglos, su señorío no tendrá fin y su Reino no se deshará, Él es Quien gobierna sin importar las maquinaciones del hombre y de Satanás.

Si pasaremos por el fuego no nos quemará, si pasaremos por las aguas turbulentas no nos anegarán, toda situación que llega a nuestras vidas primero ha pasado por sus manos. Incluso en medio de las peores circunstancias, Dios está con nosotros.

¿Por qué hemos de temer, por qué no hemos de confiar? ¿En quién hemos puesto nuestra confianza? ¿En un Dios de papel? No, en un Dios Vivo.

El rey Darío vio y creyó, Daniel antes de entrar en ese foso, creía en su Dios, confío en Él y fue librado, y por esta causa el rey Darío conoció el poder del Dios Viviente, los leones no pudieron quebrar los huesos de Daniel, su boca fue cerrada y la boca de sus detractores.

Como dijo Chip Brogden:

"Muchos quieren la revelación, pero no quieren la guarida del león. Quieren a los ángeles, pero no a los enemigos. Sin embargo, la profundidad de la revelación se mide por la profundidad del sufrimiento, y si nuestros sufrimientos son leves, entonces nuestra revelación es superficial".

¡Cuántas guaridas necesitamos para conocer las profundidades de nuestro Señor! Si tan solo le creyéramos, cuántas bocas de leones serían cerradas.

María Magdalena corrió a decirles a los discípulos que Jesús había resucitado y no creyeron, los dos del camino de Emaús también les dijeron y no creyeron, finalmente llegó Jesús y les amonestó por su incredulidad y por su dureza de corazón.

No creemos en Él por la dureza de nuestro corazón, por eso Dios debe quebrantarnos para romper nuestro duro corazón. Si Él lo dijo, Él lo hará, si Él lo prometió, lo cumplirá. Jesús  sí es confiable, nosotros no. Luego de esto les dijo algo que confrontaría su fe, Él les dijo que quitarían serpientes y que si bebían cosa mortífera no les haría daño. Marcos 16: 18.

El Dios de Daniel, es nuestro Dios, el Dios de Pablo, es también nuestro Dios, que en la isla de Malta fue mordido por una serpiente y ningún mal padeció. Jesús cumplió su promesa (ver Hechos 28: 1 - 6).

Dios siempre cumple, confiemos en Él, creámosle a Él, Dios es el Dios Viviente, Su vida es nuestra vida ahora. 

Hasta la próxima.

AL

 

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