UNA OBEDIENCIA POR AMOR


 
En mis caminatas diarias con Tita, Dios me recuerda Sus caminos, aprendo a través de la experiencia aquello que Él quiere grabar en mi corazón. Por ejemplo, ayer le solté la cuerda a esta pequeña traviesa y ella quiso seguir por su lado, la llamé y le dije: ─ Si te suelto la cuerda, no es para que hagas lo que quieres, es para que me sigas. Me dio risa estar hablándole de esa manera a mi perra no racional.

Sin embargo, esto me recordó por qué el Señor nos dio Su libertad en Cristo, no para que hagamos lo que queremos, sino para seguirle a Él, para oír el eco de su voz e ir por donde Él nos lleve.

“Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen”. Juan 10: 27

Él es nuestro Señor y ahora le pertenecemos. Nos sometemos porque lo amamos, porque Él nos amó primero y nos dio Su libertad para hacer Su voluntad. Y Su voluntad es buena, agradable y perfecta.

"Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.". Juan 8: 36

Como escribió Oswald Chambers: "Nuestro Señor nunca insiste en ejercer autoridad sobre nosotros. Él nos deja completamente libres; tan libres que podríamos escupirle en la cara, o darle muerte como otros lo han hecho y nunca diría una palabra. Pero, cuando en mí se ha creado la vida de Él por medio de su redención, de inmediato reconozco su derecho a una absoluta autoridad sobre mí".
Cuando cedemos nuestra voluntad a Su voluntad perfecta, cuando somos dóciles y dejamos al Señor ganar cada vez más espacio en nuestras vidas, cuando le permitimos vaciarnos de nuestro “yo", de nuestra terquedad, de nuestro egoísmo, de nuestro orgullo y de todo lo que es contrario a Su voluntad, podemos obedecerle con el único anhelo de hacer solo lo que Dios desea. Y lo haremos por amor a Él, porque lo hemos visto, porque los ojos de nuestro corazón se han abierto a Su preciosa presencia, nunca por obligación religiosa.

Dios nos corteja para que lo amemos y al amarlo le obedezcamos, el fin de nuestras existencias es Él, fuimos creados para Él. Dios no es un tirano, Él no ejerce Su autoridad como si fuera el dictador del universo, Dios nos suelta la rienda, nos da Su libertad para obedecer Su voz. Y nos sometemos libremente porque tenemos una comunión íntima con Él, porque tenemos una relación de amor con Él.

Si somos prestos en obedecerle, en consagrarnos a Él, si nuestro corazón va tras el corazón de Dios libremente, permaneceremos en su amor constante, como Jesús permanece en el amor de su Padre (Juan 15: 9). Que el Señor nos ayude a no salirnos de su amor y darle la espalda, porque al hacerlo, lo perderemos todo.
"Una vida bajo el gobierno de Cristo es lo único que podría demostrar que somos los objetos del deleite de nuestro Señor". C.H Spurgeon
Hasta la próxima.

AL

Comentarios

Entradas más populares de este blog

CUANDO EL GOZO AMENAZA CON MARCHARSE

LO CÓMODO DE LO INCÓMODO

LA CONQUISTA DIARIA DE DIOS