Es en las situaciones de la vida diaria que el Señor nos enseña sus caminos y nos revela más y más de su voluntad para nuestras vidas. En estos días he estado observando el proceso de Tita con su pata enyesada, ella cada día se acostumbra a su yeso y camina como si no tuviera nada. Esto lo utilizó el Señor para mostrarme que así es nuestra naturaleza, tenemos la capacidad de acostumbrarnos a las cosas, incluyendo a las que desagradan al Señor. Cosas que deberían incomodarnos, pero con el paso del tiempo ya no nos incomodan tanto. Nos acomodamos a lo incómodo, hacemos de cuenta que todo anda bien y eso comienza a ser parte de nuestra vida. Esto me recordó lo que sucedió con David y Betsabé, y fue dejado allí para nuestra enseñanza. Dios nunca escondió los pecados, los defectos, las actitudes, los comportamientos, las desobediencias, las equivocaciones de sus siervos. Todo esto quedó allí escrito para nuestro aprendizaje y para nuestra disciplina. “Y pasado el luto, envió Dav
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